El repollo se adapta bien a todo tipo de suelos siempre que sean profundos, bien ventilado y fresco. Prefiere los suelos ricos en materia orgánica con un pH neutro y requiere un clima templado y las bajas temperaturas frías y húmedas, pero no toleran bien heladas muy fuertes. El repollo se beneficia considerablemente de la fertilización orgánica y buena disponibilidad de Ca. Tiene un buen contenido de materia seca y la fibra (9%), hidratos de carbono (4%) y una cantidad equilibrada de vitaminas, calcio, fósforo y potasio.